El reikista, luego de ser iniciado por un Maestro Reiki, se transforma en un canal de energía, para sí mismo y para cualquier ser viviente.

Una técnica segura de usar a cualquier hora,
en cualquier lugar y situación.

No es una religión, culto o doctrina. No está limitado a unos pocos. Todo ser humano puede ser reikista, no se necesitan estudios previos.

«No consiste en un poder personal».

A través de Reiki se logra una desintoxicación en todos los planos: físico, mental, emocional y espiritual.
Reiki no reemplaza a la práctica médica,
se complementan. Tanto es así, que la medicina acepta esta técnica, ya es común que en Clínicas y Sanatorios, se permita el ingreso del reikista, hasta en salas de terapia intensiva.

El practicante iniciado en los distintos niveles, coloca sus manos en diferentes áreas y centros de energía desvitalizados, para que Reiki fluya, repare, recomponga, restablezca y armonice a la persona receptora.
El recién iniciado tiene la posibilidad de autotratarse.
Reiki, estimula en el receptor, la capacidad de autosanación que posee el ser humano.